Tuesday, September 27, 2005

EL FINAL DE LA MUERTE


Un día, sin explicaciones, no solo deja de morirse la gente. Deja de existir la muerte. Planiol se reencuentra con todos sus muertos, los queridos y los no queridos. Siente esa felicidad que corresponde solamente a los encuentros con los muertos que uno quiere. Se junta con sus muertos a festejar. Hacen una fiesta, y gritan que la muerte ha muerto. Comen y beben carnes y extraños líquidos verdes y rojos que han traído los muertos. En medio de la noche, Planiol, exhausto de alegría, se siente nuevamente atormentado por una pregunta: ¿Por qué murió la muerte?
Corta el festejo con dos gritos. Explica su angustia, y la explicación parece llanto. Los muertos también se angustian. Planiol los organiza para averiguarlo. En la noche, en un campo húmedo y oscuro, Planiol busca la respuesta. En silencio lo acompañan sus muertos. Su abuelo muerto, su padre muerto, su hermano muerto, su tío muerto, su amigo muerto, su perro muerto. La búsqueda es larga, pero la noche persiste.
Planiol está muy cerca de encontrar la verdad.
El perro le dice que la verdad puede ser terrible. Planiol piensa que igualmente tiene que saberla. Los muertos saben que la verdad es que Planiol está soñando.

Wednesday, September 21, 2005

RISAS AMARGAS

Peluquería. Me están cortando el pelo. Un grupo de gente recién llegada me rodea y habla con la peluquera, incluyéndome de vez en cuando en el diálogo pero nunca como dialogante.

La señora espantosa dice que si le cortan mal el pelo su marido le pide el divorcio. La examino a través del espejo. Si su marido la escuchara, quizá reiría amargamente.

La hija, la nena bonita, dice, con una voz de futura e inexorable señora espantosa que no se condice con su cara, que a ella la van a mantener, y que ella no nació para lavar platos. Si su futuro marido la escuchara, estoy seguro de que reiría amargamente.

La nena bonita le pregunta a la madre si pueden ir a tomar un helado. La madre, dejando por un instante la historia de la amiga a la que le explotó el calefactor y se le quemó el pelo, y lloró (y le fue a pedir una tijera, llorando y sin querer bajarse de la camioneta.) le pregunta a la nena si lo va a pagar ella, sin reparar en que su hija aún no se encuentra en edad de trabajar. Río amargamente.

No puedo terminar la historia. Siempre se agrega algo mas. Ahora me están diciendo que seguramente tengo una gripe de sol, que son mucho (muchísimo) peores que las de frío.

Thursday, September 08, 2005

EFECTOS DE UNA CLASE DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO


La Dra. Chalita plantea un caso. Un argentino contrae matrimonio religioso en Grecia. Luego se muda a Uruguay, donde adopta un hijo. Su esposa es checa. Su padre muere en Singapur, dejando bienes en Irlanda, Canadá, Hungría e Irak. Testó en Belice, de acuerdo a las formas que allí se exigen. Una sentencia francesa declaró valido el testamento. En Irlanda hay bienes muebles permanentes. En Canadá, bienes inmuebles temporarios. En Hungría, un auto, presumiblemente robado. En Irak, un perro (iraquí). Se abre la sucesión en Cartagena, Colombia, porque allí vive un hermano de nuestro protagonista. Los otros herederos, son un primo, una nuera viuda, un nieto, y un empresario. El primo plantea la incompetencia. La nuera, la competencia parcial. El nieto alega la aplicabilidad al caso de la teoría del paralelismo. El empresario, la de la unidad. El nieto, la del fraccionamiento. Se abren simultáneas sucesiones en Singapur, Irlanda, Canadá, Hungría e Irak. El nieto dice que el perro es un bien mueble temporal. El empresario dice que no. Nuestro protagonista se ha mudado a un país musulmán.
1. Funde la competencia del juez de Singapur.
2. Diga cómo deben repartirse los bienes, en que porcentajes, y si debe haber colación.
3. Plantee los problemas de parte general que surjan del caso.

La mente de Dios, en ese preciso momento, pasa por sobre el aula. Percibe el caso. Se confunde un instante. Por un momento minúsculo e imperceptible se detiene el río de pensamiento divino, que no sólo es pensamiento, sino que también es el mundo y el tiempo. Los instantes empiezan a chocar unos contra otros. Se amontonan. Se superponen. Se pegotean. Se empujan. Se instala la eternidad. Mi cuerpo, mis compañeros, el aula, los anteojos de Rita, Rita, Sonia, mi cuaderno (que no había llevado, pero que una vez llevé) han tomado una apariencia extraña.
La Dra. Chalita, ahora una figura extraña recortada contra un pizarrón subvertido, sin notarlo, da clases a media luz en una universidad de la patagonia, para siempre, y desde siempre