Tuesday, September 27, 2005

EL FINAL DE LA MUERTE


Un día, sin explicaciones, no solo deja de morirse la gente. Deja de existir la muerte. Planiol se reencuentra con todos sus muertos, los queridos y los no queridos. Siente esa felicidad que corresponde solamente a los encuentros con los muertos que uno quiere. Se junta con sus muertos a festejar. Hacen una fiesta, y gritan que la muerte ha muerto. Comen y beben carnes y extraños líquidos verdes y rojos que han traído los muertos. En medio de la noche, Planiol, exhausto de alegría, se siente nuevamente atormentado por una pregunta: ¿Por qué murió la muerte?
Corta el festejo con dos gritos. Explica su angustia, y la explicación parece llanto. Los muertos también se angustian. Planiol los organiza para averiguarlo. En la noche, en un campo húmedo y oscuro, Planiol busca la respuesta. En silencio lo acompañan sus muertos. Su abuelo muerto, su padre muerto, su hermano muerto, su tío muerto, su amigo muerto, su perro muerto. La búsqueda es larga, pero la noche persiste.
Planiol está muy cerca de encontrar la verdad.
El perro le dice que la verdad puede ser terrible. Planiol piensa que igualmente tiene que saberla. Los muertos saben que la verdad es que Planiol está soñando.

1 comment:

Unknown said...

Señor recaudador, a mí nunca se me ha muerto nadie, más allá de una tortuguita que tenía y una tía lejana, pero supongo que si me hubiera ocurrido quisiera tener un sueño como este para ver a mis muertos aun que sea por un ratito.
Gran narración, lo felicito.