Tuesday, February 14, 2006

CIGARRILLO


De esa noche solo guardaba un nombre y media docena de otros recuerdos. Recordaba que él habia pedido un cigarrillo, y que ella le había dicho que si escuchaba mas de cinco veces la palabra cigarrisho, pronunciada así, en argentino, podría derretirse. Ahora, el recuerdo había vuelto. Tuvo una idea. Antes de ejecutarla, meditó sobre las posibles consecuencias. Mientras todavía pensaba, súbitamente tomó la decisión. Llamó a informaciones. Canjeó el nombre por un número. Llamó. La voz de ella todavía sonaba bastante parecida a la que él tenía en la mente. Dijo cigarrisho, cigarrisho, cigarrisho, cigarrisho y cigarrisho. Sucesivamente, ella se ablandó, se dobló, fue perdiendo forma, sus manos perdieron la consistencia necesaria para sostener el teléfono, que cayó. Silencio. El supuso que su imprudencia había tenido consecuencias indeseables. Si, así era. El agua anaranjada corría delicadamente por el piso de losa. Igualmente, se felicitó por haberlo intentado.

4 comments:

Yoshimi * said...

Morir de sobredosis de placer auditivo no estaría nada mal.

Saludos, arbustillo.

Unknown said...
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Unknown said...
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Anonymous said...

"Susurrame al oído cinco veces: cigarrisho...Así, en argentino. Para que pueda derretirme y mi agua anaranjada humedezca las plantas de tus pies"